El Templo de Artemisa es un edificio de carácter sagrado de la época helénica que fue construido con los restos de diferentes templos antiguos en representación de la diosa Artemisa, también conocida como Diana para los Romanos. Se encuentra en la ciudad de Selçuk, Turquía, muy cerca del mar Egeo. En la antigüedad, este territorio era dominado por el imperio griego. El edificio fue colocado dentro de las siete maravillas del mundo antiguo debido a su grandeza y excelente decoración, la cual era muy parecida al Mausoleo de Halicarnaso.
Actualmente ubicado en la ciudad de Éfeso en Selçuk, Turquía en el siglo VIII a. C. esto sería aproximadamente en la Edad de Bronce, haciendo que sus primeros ocupantes marcaran sus alrededores dejando algunos rastros de diferentes pasajes en este sector de la costa turca del mar Egeo. Por otra parte, es bastante conocido que el lugar ya se encontraba albergando un primer sitio religioso, se trataba de un templo más antiguo que contaba con una fila de columnas exteriores, básicamente con una arquitectura de estilo griego de forma periférica. Dicho templo fue destruido por medio de una inundación aproximadamente en el siglo VII a. C. Este sería el primer templo que fue reemplazado en el 550 a. C. por uno nuevo que se denominaría el Templo Arcaico, el cual sería financiado por el rey Croesus. El Templo Arcaico poseía una figura imponente y contaba con una doble fila de columnas.

Este mismo templo sería destruido por un incendio en 356 a. C. y fue reconstruido bajo el poder de Alejandro Magno. El nuevo templo se conocería ahora como el Templo Helénico y que fue colocado dentro de las siete maravillas del mundo.
Documentos oficiales
El Templo de Artemisa fue conocido por medio de dos elementos: existen documentos antiguos al respecto que hablan sobre el edificio y los restos arqueológicos que se ubicaron en el lugar. En cuanto a las fuentes documentales del sitio, podemos hacer referencia a Plinio el Viejo, quien hizo una descripción un poco corta del monumento. A pesar de haber vivido en el siglo I d. C. hizo una combinación de las observaciones del templo con los elementos del Templo Arcaico. También podemos hablar de Vitruvio, un arquitecto romano que vivió en el siglo I a. C. y el científico Filo de Bizancio, quien estuvo presente en el siglo XIII antes de Cristo. Estas personalidades fueron quienes ofrecieron detalles sobre el monumento. Pero aun así la documentación al respecto es muy poca lo cual les dio bastante trabajo a los arqueólogos modernos.
Descripción del templo
Cuando se habla del Templo de Artemisa, por lo general se suele hacer énfasis en tres templos que estuvieron allí durante esos tiempos. Sin embargo, solamente son los últimos dos los cuales se conocen con más detalle y que fueron bastante parecidos.
Se puede decir que la arquitectura del Templo de Artemisa era helénico, contaba con una gran sala rectangular, la cual, era lo más grande posible y se le colocó un subsuelo de cierto grado, además el techo contaba con dos pendientes de baja inclinación y en el medio poseía una figura triangular. Al ser de estilo helénico, estaba rodeado por dos filas de columnas, las cuales, algunas de ellas se encontraban talladas con hermosas decoraciones.

Donde se ubica el templo de Artemisa
El Templo de Artemisa estaba ubicado en la ciudad de Selçuk, Turquía. Esta ciudad sería construida cerca de las ruinas de la antigua ciudad de Éfeso. Por esa razón, el Templo de Artemisa se ha llamado de esta forma: Templo de Artemisa en Éfeso.
Una de las cosas sorprendentes de este lugar es que para el siglo XIII a. C. Éfeso era básicamente una ciudad portuaria, quedando justo frente al mar Egeo, por la desembocadura del río Caystre que llevaba directamente a la bahía. Únicamente era bloqueado por una isla. Desde ese entonces, el río fue depositando paulatinamente su limo en la bahía haciendo que dicha ubicación se alejara del mar. Para el siglo VIII, el sitio era un poco pantanoso y se inundaba con frecuencia. Esto suponía un desafío para los arquitectos de la época, ya que debían ingeniarse formas de construir en este tipo de suelo húmedo.
El encharcamiento en la ciudad hizo que se impidiera la llegada de las naves, y por esa razón existió la necesidad de construir lo canales y luego mover un poco la ciudad al sur. Esta razón hizo que el templo se encontrará cada vez más aislado, lo que era bien visto por los citadinos ya que mientras más se alejaran, más independientes eran.
Inicios del templo
La información que se tiene al respecto sobre el templo original es muy poca. En ese momento, antes del siglo VIII a. C. comprendía de una época donde los principales pueblos se habían organizado según los territorios en los que se encontraban. En la costa turca ubicada cerca del mar Egeo, los jonios tenían un territorio lo suficientemente grande que se extendía hasta el sur. Los jonios tenían la creencia de que Apolo y Artemisa habrían nacido en las montañas de la costa. Incluso, colocaron al sitio de Ortigia como el de su nacimiento, haciendo que se generará la base geográfica de la veneración de Artemisa.
De igual forma se desconoce completamente en la realidad si existe un templo en ese lugar y que luego se convertiría el Templo de Artemisa. Aunque es de conocimiento que en ese momento existían tales templos, los cuales se encontraban en cuevas donde se colocaba una especie de altar. Quizás esto puede ser bastante legendario, pero se puede asegurar que el culto a Artemisa comenzó básicamente en el primer milenio en la desembocadura del río Caystre. Hay dos autores de la antigüedad que pueden asegurar que las Amazonas, un pueblo que se ubicaba al norte de Turquía, contaba con una estatua de madera de la diosa Artemisa, quizás una de las primeras que fue venerada en su momento.
Una vez que los jonios llegaron a conquistar la laguna de los Cayres, tomaron la decisión de construir el templo en Artemis. Este era un templo mucho más elaborado con un techo que cubre el altar pero nada que pudiera acercarse a una maravilla del mundo. De igual forma, se pueden encontrar diferentes altares que se encontraban dedicados a los diferentes dioses. Diferentes investigaciones arqueológicas han hecho aprobar esta hipótesis. No se sabe exactamente qué fue lo que sucedió con los templos originales, pero una de las leyendas cuenta que fueron arrastrados por una inundación del río, lo que suena bastante realista.
El Templo Arcaico
El Templo Arcaico se construiría básicamente sobre los restos de un templo más antiguo que era del siglo VIII a. C. el cual fue demolido completamente por una inundación durante el siglo VII.

Por qué se construye el Templo Arcaico
La construcción del nuevo templo sería realizada alrededor del año 550 a. C. y fue financiado y por decisión de Croesus, el rey de ese momento de Lidia, el cual poseía un territorio bastante modesto dentro de Anatolia, lo que hoy se consideraría como Turquía. Este pequeño reino fue muy próspero en el siglo VI a. C. cuando se logró la totalidad de su apogeo en dicho territorio que se extendía hacia una gran parte de la Asia Menor. También cabe señalar que Caria básicamente era un vasallo de Lidia.
Caria es conocida por su rey Mausole, quien sería uno de los que construyó dos siglos más adelante el Mausoleo de Halicarnaso, la cual es otra de las siete maravillas del mundo. De esta forma se comprendía de un vasto territorio y donde poseía gran poder, haciendo que se erigiera un nuevo templo en este lugar. Los arquitectos encargados de tal construcción fueron Chersiphon y uno de sus hijos Métagénès. Croesus, contaba con una estatua en Artemisa la cual fue tallada por el escultor Endoios. Algunas fuentes históricas pueden asegurar que la construcción de este templo sería dado a que en la ciudad de Samos, se desarrollaría la construcción de otro templo, razón que pondría celoso a Croesus.
Descripción del templo
Hablando en términos arquitectónicos, básicamente el templo seguiría los planes habituales de la civilización prehelénica, utilizando una forma rectangular y un techo de forma empinada. También se puede conseguir una doble hilera de diferentes columnas que permiten al público pasar directamente a una sala principal. La construcción fue llevada a cabo sobre una base rectangular que se encuentra rodeada por diferentes escalones en todos los lados, contando con un frontón de forma triangular que está decorado. El objetivo de crear una doble columnata era la de agrandar el edificio para de esta forma hacer que fuera majestuoso. Algunos documentos pueden decir que existían al menos 127 columnas, de las cuales 36 de ellas se encontraban talladas. Una de estas columnas está el día de hoy en el Museo Británico.
Es impresionante pensar qué técnicas fueron utilizadas para subir casi 20 m de altura los arquitrabes, estas son piedras que se catalogan por ser bastante pesadas y fueron colocadas en la parte superior de las columnas en donde descansa el techo. Por mala suerte, la técnica de construcción que fue empleada no se conoce hasta el momento, aunque los historiadores se encuentran trabajando en el sitio para encontrar la respuesta de esto. Lo importante es que un arquitrabe puede pesar alrededor de 24 t, lo que hace pensar considerablemente cómo hacían los pueblos de esta época para construir edificios que fueran tan altos.
La decoración
El templo arcaico básicamente no sobrevivió mucho tiempo. Por otra parte, se puede decir que los fragmentos recuperados del mismo pueden connotar que se encontraba muy decorado. El estilo que tenía le da un toque de la época jónica. La decoración básicamente se encontraba en el frontón, en las columnas y en la parte inferior de las mismas.
Muchas de las piezas que se pudieron recuperar, representaban a caballos y ganado. Se puede observar una procesión de carruajes y Amazonas. El hecho de ver presente a las Amazonas en los diseños no es algo que sea tan novedoso, ya que formaba parte de un mito local. Por otro lado, la mitología decía que ellas se inspiraron en un pueblo guerrero que se ubicaba en la Asia Menor hace una gran cantidad de siglos.
Su destrucción
El templo arcaico fue destruido por medio de un incendio en el año 356 a. C., básicamente cuando se llevó a cabo la construcción del Faro de Alejandría. Se puede decir, que el incendio fue totalmente voluntario y sería provocado por Erostatre, el cual, según indican las fuentes históricas, quería hacerse famoso. Una vez llegaría Alejandro Magno, quien fundaría básicamente el Imperio Griego, el cual dominaba parte de la Asia Menor y el Mediterráneo oriental, se ordenó la reconstrucción del templo y así fue que logró su nombre de Templo Helenístico.
El templo helenístico
Construcción
Como dijimos en párrafos anteriores, el Templo Helenístico fue el que vino a ser la reconstrucción o reemplazo del Templo Arcaico en el siglo IV a. C. Este sería ordenado por Alejandro Magno, haciendo que la construcción se lleve a cabo en el mismo lugar. Las fuentes de financiación estuvieron a cargo de las diferentes ciudades de Asia Menor, de acuerdo a que según las fuentes históricas, la ciudad de Éfeso rechazó los fondos que había propuesto el propio Alejandro Magno. La razón de esta negativa seriada por el temor de los habitantes de que dicho emperador tuviera una derrota temprana y que fueran considerados partidarios de Alejandro. Para realizar todos estos trabajos, era necesario conseguir la financiación necesaria y por ello se organizó un servicio bancario del mismo templo. Esto significaría que el Templo de Artemisa se puede considerar como una de las instituciones financieras más antiguas de toda la historia.

Descripción del Templo Helenístico
La arquitectura se puede decir que era lo bastante estándar, contaba con una escalera para subir al edificio principal. Dicho edificio contaba con 105 m de largo por 55 m de ancho. Se encontraba rodeado por dos filas de columnas, las cuales podían llegar a medir 17,65 m de altura. Al igual que el Templo Arcaico, se encontraba bastante decorado con diferentes relieves y esculturas, muchos de ellos fueron realizados por Scopas y Praxiteles.
El edificio contaba con una forma rectangular, las paredes del exterior no eran más que un rectángulo de gran tamaño, ambos lados se encontraban completamente empotrados en todo el cuerpo del edificio lo que formaba una especie de pórtico que es muy común de la arquitectura islámica.
El salón tenía una forma rectangular y se encontraba dividido en tres partes. Justo detrás de la entrada se podía conseguir un vestíbulo, el cual llegaba a ser sostenido por cuatro diferentes columnas. En el sector derecho se encontraban las escaleras y el izquierdo el tesoro del templo, luego se podría observar una sala grande que contenía al menos unas 10 columnas dispuestas justo donde se encontraba el altar. Finalmente, detrás del altar se podía situar una habitación pequeña que se denominaba Opisthodome. El altar, contaba con un gran plano de forma de herradura compuesto por dos hileras de columnas alargadas y finas.
En cuanto al techo, se puede decir que contaba con dos pendientes, ella seguían las paredes principales haciendo la forma de un frontón en la parte trasera y delantera donde se colocaron las diferentes decoraciones. Este templo contaba con dos filas de columnas, muchas de ellas se pueden encontrar en el Museo Británico. Cuenta con decoraciones de escenas mitológicas griegas y también de la vida tradicional.
Decoración
El Templo de Artemisa cuenta con una diferente cantidad de esculturas de artistas famosos. Scopas y Praxiteles serían los escultores contemporáneos más famosos, pero también habrían trabajado otras personas en ese lugar como Polycletus y Fidias. Entre las decoraciones más notables que se pueden lograr observar, una de ellas es la estatua de Zeus, la cual fue realizada por Myron en el año 450 a. C. y la más importante de ellas sería por supuesto, la estatua de Artemisa.
Artemisa, se encontraba representada por diferentes símbolos de fertilidad y su torso se mostraba en forma de cervatillo. Esta estatua fue muy venerada y seria reproducida diferentes veces durante toda la antigüedad, por lo que se puede conseguir distintas copias en museo de Nápoles, Louvre y el Vaticano. Además, es importante destacar que la estatua fue evolucionando con el tiempo. Aunque también se puede hablar de algunas representaciones que habrían precedido a la estatua de Artemisa, como algunas que fueron realizadas en madera de roble, un trabajo que resultó ser de menos calidad.
El altar del templo, también se encontraba considerablemente decorado, esta información se conoce debido a los documentos de aquella época sobre este tema y a las diferentes piezas arqueológicas que se han encontrado luego de que fuera destruido el templo.
El altar principal se encontraba decorado con obras de Praxiteles, y se ha encontrado también varias piezas de Thrason.
También se pudieron describir algunas estatuas de bronce, donde se incluye la figuración de la noche, la cual fue obra de Rhoikos, uno de los arquitectos que formaría parte de la construcción del primer templo. En cuanto a los restos arqueológicos se refiere, se encontraron diferentes piedras del altar las cuales están ubicadas en este momento en diferentes partes de dicha ciudad como el teatro, la Basílica de San Juan, y la Mezquita de Isa Bey. La mayoría de estos bloques pueden ser exhibidos hoy en el museo de Éfeso y en Viena.
En cuanto a las columnas del templo, se puede decir que se encontraban decoradas por escenas mitológicas y de la vida cotidiana. En las diferentes esquinas del templo los arquitectos encargados colocaron diferentes cuadrillas donde se ubicaron diferentes estatuas que aumentarían la impresión. Aparentemente el frontón del templo se encontraba bastante decorado, aunque hoy en día no se tiene registro del mismo.
Historia del Templo de Artemisa
El Templo de Artemisa básicamente fue saqueado por Nerón, la mayoría de las obras de arte que estaban allí fueron recuperadas y llevadas a la ciudad de Roma bajo su reinado entre el año 54 y 68 d. C. luego sería atacado en 265 por los Godos. En términos generales, el templo también fue dañado por los diferentes terremotos que se suscitaron para la época y sería derribado por el año 401.
Luego de su destrucción, las ruinas del templo serían utilizadas para la construcción de distintos edificios como así lo fue la Iglesia de San Juan y la de Santa Sofía de Constantinopla. Muchos de los pilares de estas construcciones vienen directamente del Templo de Artemisa.

Papel del templo
Durante el tiempo que se mantuvo en pie el templo de Artemisa, sirvió como un foro. Se alojaba principalmente comerciantes y distintos tipos de oficios. Aunque cabe destacar que el culto a Artemisa era relativamente importante en ese momento, haciendo que el templo recibiera constantemente diferentes ofrendas lo que ayudó a que los arqueólogos pudieran recuperar joyas que eran dedicadas a Artemisa. Para el siglo VI a. C. el templo de Artemisa contó con un papel de protección de forma que cada persona que se encontraba allí estaba protegida, una cuestión bastante parecida a la que hacían los cristianos al momento de hacer una tregua con Dios.
Influencia que tuvo en el mundo
Además de que este templo era un lugar de veneración, también se conformó como una entidad plenamente política y del derecho. La ubicación era un poco separada de la ciudad de Éfeso lo cual le hizo adquirir un grado de autonomía.
Básicamente todas las costas del mar Egeo, en la cuenca mediterránea y en la península ibérica se le dedicó un culto especial a la Artemisa de Éfeso o como se llamaría mucho más adelante, Diana de Efeso. Era una diosa que poseía una representación bastante distinta a la otra Artemisa, incluyendo que todos sus atributos eran diferentes.
Muchas veces las civilizaciones como los Lidios, los Persas, los Espartanos y los Atenienses no llegaron a tocar el templo de Éfeso, además que Alejandro Magno no impuso condiciones. Más bien sería él que ayudaría a financiar toda la reconstrucción que se llevaría a cabo luego del incendio del Templo Arcaico.
Sumado a ello, los emperadores romanos deseaban obligar a las personas que los veneraran, pero no lograrían el objetivo de reemplazar el culto de la Artemisa en Éfeso. El culto llegaría a desaparecer definitivamente con la caída del imperio y la destrucción del templo en su totalidad.

