El Coloso de Rodas es una gran estatua ubicada en el puerto de la ciudad de Rodas, está en la ciudad principal de la isla que posee el mismo nombre. Esta isla se encuentra en el Mediterráneo, específicamente en el mar Egeo, muy cerca de la costa de Turquía y es una de las mayores islas griegas de esta zona. Quién conformaba la estatua era Helios, el Dios del sol, la cual se inició en 292 a. C. y tuvo una duración de 12 años para su culminación. Esta es una de las maravillas del mundo antiguo cuya duración fue más corta ya que fue demolida.
En este artículo que traemos hoy en lasmaravillasdelmundo.com te estaremos hablando un poco sobre el Coloso de Rodas y a pesar de que forma parte de una de las maravillas del mundo es una de las obras que ya no existen el día de hoy. Ademas, es una obra que cuenta con una gran magnitud y fue considerada como una construcción de vanguardia para la época.

Descripción de la estatua
A pesar de que tuvo una vida muy corta, es un poco difícil saber exactamente cómo se veía esta estatua. Aunque su popularidad fue descrita de muchas formas haciendo notar que se trataba de un hombre casi desnudo que llevaba en sí una corona de rayos solares en su cabeza y comprendía de una antorcha en su mano. Tenía una medida aproximada de 32 m de altura y se encontraba hecha de bronce, con la excepción del pedestal y sus pies sobre en el que se encontraba montado. Este fue uno de los elementos más famosos por su gran solidez.
Por lo general, se dice que el rostro del Coloso de Rodas era el de Alejandro Magno, lo que suele ser imposible refutarlo o confirmarlo. Por otra parte, cualquier cosa puede ser posible ya que no se tiene la información exacta.
Donde estaba ubicada
Rodas es una de las islas griegas más grande del archipiélago que conforman el Dodecaneso. Se encuentra únicamente a 19 km de la costa de Turquía. Se considera como el puerto principal de la capital, la cual también se ha llamado Rodas, y en dicho lugar donde se encontraba la estatua pero hasta el momento se desconoce cuál era su ubicación específica. Cuando se llevaron a cabo las diferentes excavaciones arqueológicas no se dio con ningún resultado, lo que suele ser bastante sorprendente debido a que el sitio tenía es bastante pequeño. De igual forma, una vez que se derrumbó la estatua en su totalidad, se suele decir que dejaron restos en el lugar de su construcción pero que luego se limpió el sitio. Puede ser probable que en Rodas y el puerto que le conforma no contenga ningún tipo de vestigios hipotéticos por lo que se hace mucho más difícil la tarea de conocer dónde estaba ubicada esta magnífica estatua.
Lo que sí podemos estar seguros es que la ciudad de Rodas se encontraba protegida por una muralla que tenía unos 15 km de largo, lo que obligaba a que los atacantes tuvieran que usar una torres para ingresar a esta ciudad. La ciudad en sí contaba con un gran templo donde se decía que el gran protector de esta ciudad era Dios. En muchas de las ocasiones se ha asegurado que la estatua puede haber estado muy cerca del templo, aunque en otras representaciones se suele decir que se encontraba cerca del puerto de esta ciudad.
Se han llevado a cabo diferentes representaciones de esta estatua abarcando la entrada del puerto. Esta configuración es muy difícil de imaginar debido a que tenía más de 30 m de altura y si dichas proporciones fueran correctas, puede que el estatua fuese creado ciertos problemas de circulación en la entrada del puerto. Además, puede ser físicamente imposible que esta estatua se pudiese colocar de pie. Si se hubiera elaborado de esta forma es posible que se fuese derrumbado en la entrada del puerto como se ha atestiguado. Por lo que lleva a muchos de los arqueólogos a reordenar las ideas y analizarlas.

Historia
Por qué se construyó el Coloso de Rodas
La razón principal por la que los citadinos de esta ciudad de Rodas construyeron esta estatua imponente es simple, luego de la victoria en 304, la isla habría sobrevivido a un asedio terrible que fue causado por Demetrio Poliorcete. Para ese entonces, Alejandro Magno había recibido la orden de Antígono y así convertirse en dueño del Mediterráneo y comenzar a dominar las islas griegas. Este asedio tuvo un tiempo de un año aproximadamente entre 304 y 305 a. C. lo cual obligo a aplicar una fuerte defensa por parte de la ciudad de Rodas. Una vez que fue repudiado el asedio, para agradecerle al Dios Helios, desearon construir una estatua gigantesca en la ciudad de Rodas.
No obstante, la ciudad de Rodas era lo bastante famosa por sus diferentes estatuas y citando al autor romano Plinio, la capital contaba con al menos unas 3000 esculpidas en piedra y bronce. La cantidad de estatuas a lo largo de la isla la convirtió en una característica pero aún no poseían una estatua que desafiara a las demás y que fuera de carácter titánico como se le ha llamado hoy en día. En la ciudad del Olimpo se puede conseguir una, la cual fue hecha por Fidias, este fue un escultor griego que concibió la estatua de Zeus de 13 m de altura y la cual fue considerada como una de las maravillas del mundo antiguo. También se había construido una estatua de Atenea, aunque era un poco más pequeña, llegando a los 9 m. En otras naciones habían producido estatuas gigantescas, así que Rodas decidió tener la suya y ya tenía un motivo adecuado para hacerlo.

Cómo se financio
La forma en la que se financió la estatua fue un poco original, quizás es una de las más extrañas que se puede conseguir a lo largo de la historia. Para ello se utilizó la venta de equipo militar que había sido abandonado en el terreno por Demetrio Poliorcete, quien contó con al menos unos 40.000 soldados para el ataque que había liderado hacia la isla. También cabe destacar que durante gran parte del siglo IV a. C. la ciudad de Rodas contaba con un gran auge económico, la alianza con el rey Ptolomeo I de Egipto hacía que tuviera una gran alianza tanto militar como económica. De esta forma se pudieron evitar diferentes invasiones, así se recuperó gran parte del equipo militar de todos estos intentos de invasión y se financió el Coloso de Rodas.
A pesar que se sabe la forma en que fue financiada la estatua, no se sabe aproximadamente en qué cantidad fue la contribución.
Algo que sí podemos conocer es quien fue del escultor de esta gran obra de magnitud titánica, y seria Charès de Lindos.
Este escultor era un fiel seguidor del estilo realista al igual que Fidias, quien fue escultor de muchas de las maravillas del mundo. El estilo puede ser un poco complejo de llevar a cabo en la realidad porque requiere reproducir fielmente al personaje. Llevar a cabo una estatua implica imprimir en ella una gran traducción de fuerza y movimiento.

Su construcción
La construcción del coloso de Rodas se culminó básicamente en el año 292 a. C. y tuvo una duración de 12 años al menos, es decir, inició en el 280 a. C. Para tratarse de una estatua que básicamente medía más de 30 m y utilizando técnicas de la antigüedad, se puede decir que fue lo bastante rápido a diferencia de otras obras que pueden durar varias generaciones.
La base de la estatua estaba fijada en mármol, un material que suele ser lo bastante sólido. En esta base, se apilaron diferentes piedras que eran cortadas para crear los pies, luego se fueron formando las piernas y el resto del cuerpo de la estatua. Consecuentemente, otros trabajadores llegaron a intervenir en los trabajos para qué hacer que las piedras se asegurarán fielmente a la banda de hierro por toda la estatua. Esto sirvió para fijar las placas de bronce que servían como la vestidura del estatua.
El bronce básicamente era una mezcla entre cobre y hierro. El cobre provenía de las diferentes minas de Chipre donde se extraía este mineral. Un trabajo que era lo bastante complicado para quienes allí laboraban debido a que no se contaba con las medidas de seguridad que se aplican hoy en día. Una vez se extraía, se calentaba para separar el cobre de las rocas, luego se fundía para convertirlo en lingotes. Estos lingotes se transportaban al sitio donde se construyó la estatua de Rodas.
Para obtener las placas de bronce, en primer lugar se fundía el cobre en hornos de gran magnitud y luego se le colocaba el hierro en un 10 al 20%. La mezcla era transportada en una especie de cucharones que se utilizan para distribuir todo el metal en los moldes de arcilla. Estos moldes eran planos para así formar las láminas según las necesidades. Los moldes cumplían con la versatilidad de poder utilizarse diferentes veces y tenían larga vida. Luego, se pulían los bordes ásperos y se transportaban al sitio donde eran martilladas de la forma que más se deseaba para ensamblarlas directamente a la estructura de hierro. Era importante colocar las placas tanto en la zona de los pies como los tobillos, las cuales venían moldeadas a la forma de esta área. Éstas debían pesar mucho más que el resto ya que tenían que brindarle un soporte al estatua.
El Coloso de Rodas solamente se encontraba cubierto por una capa de bronce muy delgada, mientras que todo su cuerpo estaba hecho en piedra. Cada una de las placas fueron fijadas en el marco de hierro. Cada uno de los días que pasaron, el Coloso iba tomando forma hasta que se llegó a la parte superior de la cabeza. Cuando se terminó por completo, fue pulido para que el sol lo hiciese brillar en la manera más intensa posiblemente.
Esta técnica de construcción, a pesar de haber sido utilizada muchos años antes, también fue empleada durante la construcción de la Estatua de la Libertad ubicada en Nueva York. Al igual que la Torre Eiffel, la cual está construida por medio de una placa bien estructurada por varillas de hierro.
Cómo se seleccionaron los materiales
Cuando se seleccionó el bronce, no se hizo al azar sino todo lo contrario, esto fue muy estudiado por las personas encargadas de la construcción de esta obra titánica. Esta fue una aleación entre hierro y cobre. Al tener un elemento mucho más fuerte que el hierro, estaban seguros que resistiría las condiciones climáticas más fuertes de la isla. Por esa razón, fue el más adecuado para la fabricación del Coloso de Rodas, haciendo que su exposición a un medio ambiente cargado de mucha sal no fuera un problema.
Su destrucción
Por mala suerte para la humanidad, el Coloso de Rodas tuvo una vida un poco corta, con lo que logró existir al menos unos 60 años. Sin embargo, logró entrar en las maravillas del mundo antiguo gracias a su forma, tamaño y elementos utilizados para la elaboración de la misma. Esta estatua podía medir un poco más de 30 m haciendo que fuera un poco más frágil que la Pirámide de Keops, la cual cuenta con una forma mucho más estable en la actualidad.
El Coloso de Rodas sería destruido por un terremoto de gran escala que ocurrió en el año 226 a. C. Cuando las rodillas de la estatua se derrumbaron e hizo que su totalidad se viniera abajo. Los restos del Coloso de Rodas estuvieron en ese lugar durante casi 800 años, aunque hasta el día de hoy no se conoce la razón, pero se sabe que en el año 654 d. C., los árabes llegaron a invadir Rodas vendiendo así todo el bronce a comerciantes sirios. El metal fue llevado por medio de 900 camellos dejando totalmente limpio el lugar donde la estatua se precipitó a tierra.

Su simbolismo
Más allá de cualquier connotación que pueda tener la estatua de complacer al Dios en Helios, los habitantes sabían que al construir esta estatua aumentaría considerablemente el prestigio de la isla. La voluntad política de quienes querían marcar los espíritus de estos ciudadanos era más que evidente y de esta forma se unió a otra de las maravillas del mundo como lo fue también el Faro de Alejandría, la cual también fue construida como un elemento de prestigio.
Además, podemos destacar que el Coloso de Rodas sería una de las principales fuentes inspiradoras para la Estatua de la Libertad que se ubica en Nueva York.